¿TIC? Lo siento, en estos momentos no están disponibles

Foto de CEIP La Alcúdia, Elche                                  


Actualmente no corren buenos tiempos para nada ni nadie. No obstante, la sociedad tiene que intentar salir adelante, y mucho más si hablamos de la educación. A pesar de que la educación es uno de los “blancos” de esta crisis, los que seremos profesores y los que lo son tenemos que mantenernos en pie para que los niños crezcan en una educación de calidad. Todo esto puede sonar un tanto utópico, pero la unión de la creatividad, la fuerza de voluntad y la vocación por ser maestro tiene un gran poder que puede ayudar a compensar esta situación social descompensada e injusta, donde los recortes dan sus primeros tijeretazos a los cuadernos de nuestros alumnos.








Foto de CEIP La Alcúdia, Elche 



La educación de calidad de la que hablamos es una educación en competencias, evidentemente incluyendo la competencia TICD. Vivimos en “la sociedad de la información”  y aunque los recortes son innegables barreras, éstas no son infranqueables. Es importante e imprescindible saber que sociedad y educación no pueden ir por caminos distintos, porque estaríamos ante un contrasentido donde la educación dejaría de ser educación. Es por eso que no podemos mantener al margen a esta competencia porque es tan importante como cualquier otra. Desafortunadamente este pensamiento no está extendido en toda la comunidad educativa y hay centros o docentes que cogen como “medida anticrisis” no tratar esta competencia en el aula porque defienden su postura con afirmaciones como “la tecnología es muy cara y ahora no hay dinero”. Ante esto, hay una imminente necesidad de tomar una conciencia de la importancia de dicha competencia como una parte fundamental de la formación de nuestros alumnos.


Tener esta conciencia abrirá aquellas mentes más cerradas y aumentará las posibilidades de que la primera opción no sea seguir “recortando” también en nuestra didáctica, sino que se opte por usar más la imaginación y la creatividad y esforzarse más para aprovechar los recursos TIC de los que disponemos o pensar en diferentes estrategias para ofrecer alternativas que permitan seguir trabajando las TIC en las aulas.


Aquí mostramos algunos ejemplos, pero la creatividad no tiene límites y hay muchas más posibilidades:

En primer lugar, si se da el caso de que sólo disponemos de uno o dos ordenadores para todos, los alumnos pueden practicar en el aula los conocimientos y habilidades previstos. Más tarde, pueden practicar lo que han hecho o hacer algunas actividades complementarias en casa. Eso sí, siempre tendremos que asegurarnos que tienen ordenador y/o internet en casa y que los padres estén informados de la necesidad de que trabajen con el ordenador en casa bajo su supervisión. En el caso de que no tengan los niños ordenador o internet en casa se puede estudiar la manera de que trabajen en el ordenador de clase en algunos momentos o en el de la biblioteca.
También se puede optar por la creación de un blog que mantenga en contacto a los alumnos, padres y profesores en un espacio donde pueden compartir ideas, conocimientos o dudas, entre otras cosas.  Eso sí, el blog siempre estará tutorizado y guiado por el profesor.  

Otra opción es la de trabajar por proyectos en los que no todos los niños tienen que trabajar con recursos TIC al mismo tiempo, sino que cada uno necesitará trabajar la competencia digital en función de la tarea que tenga dentro del grupo.

Por último, los profesores pueden pedir la colaboración de los padres y madres o de otros centros, proponiendo que aquellos que vayan a tirar ordenadores los de al aula.

¡Si se quiere, se puede!

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